Ciencia y colores

En mis cuadros no dibujo, esculpo color.

La neuroestética, así como la neuropsicología cognitiva de las emociones, han estudiado el impacto de los colores en el cerebro.

La conocida amígdala, sede de las emociones, es también el lugar de respuesta a las señales de lucha o huida. El rojo intenso, por ejemplo, se asocia con señales de peligro o emergencia.

Otras áreas del cerebro, como la corteza prefrontal, implicadas en la toma de decisiones, están influenciadas por los colores.

El azul promueve la calma y la concentración, permitiendo una mejor planificación y una toma de decisiones racional.

Lo que es más sorprendente, los colores provocan una reacción fisiológica inmediata: el azul favorece una ralentización del ritmo cardíaco, induciendo una sensación de calma.

Estas respuestas se perciben no sólo a nivel emocional, sino también como reacciones biológicas, porque involucran al sistema nervioso autónomo.

Los experimentos de psicología cognitiva han demostrado que el azul y el verde pueden mejorar la creatividad y la resolución de problemas, probablemente porque evocan un entorno seguro y armonioso que conduce a la exploración mental.

Sin embargo, la recepción de los colores depende en gran medida de la cultura de la que se procede. El blanco, por ejemplo, se asocia en Occidente con la pureza, mientras que en varias culturas asiáticas se asocia con el duelo.

Mejorar su entorno de trabajo mejora significativamente el bienestar y la productividad. El arte, especialmente el abstracto, ayuda a reducir el estrés, promover la creatividad y fortalecer la imagen de la empresa, haciendo los espacios más acogedores y motivadores.


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¿Por qué privarse de ello?
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